La Maldicion de los Duendes del Bosque 🌙

En el corazón del campo, entre colinas verdes 🌄 y sembradíos dorados 🌾, se encontraba un antiguo caserío llamado El Retiro. Allí, los días eran largos y tranquilos, pero cuando caía la noche 🌌, un aire extraño se apoderaba de la región. Los ancianos decían que el bosque cercano, el Bosque de los Susurros 🌲🌲, estaba encantado.

Decían que allí habitaban los duendes, pequeñas criaturas traviesas 🧚‍♂️ que protegían el bosque y castigaban a quienes osaban perturbar su paz. Las historias eran tantas como los árboles del bosque: campesinos que habían perdido herramientas sin explicación 🪓, ganado que desaparecía 🐄, y niños que aseguraban escuchar risas en la oscuridad 🎭.

Índice
  1. La advertencia de la abuela 📖 
  2. La noche en el bosque 📖 
  3. El trato 🌿 
  4. El objeto perdido 🌞
  5. El regreso ✨ 

La advertencia de la abuela 📖 

En una pequeña cabaña al borde del bosque vivía Sofía, una niña curiosa y aventurera de 12 años 👧. Su abuela, Doña Ramona, siempre le advertía:

  • "No te acerques al bosque al anochecer. Los duendes no son malos, pero tampoco perdonan a los imprudentes."

Pero una noche, mientras la abuela dormía, Sofía escuchó un tintineo extraño, como si pequeños cascabeles sonaran entre los árboles 🎐. Intrigada, agarró una linterna 🔦 y salió en busca de la fuente del sonido.

La noche en el bosque 📖 

A medida que se adentraba en el bosque, Sofía notó que la luz de las estrellas parecía desvanecerse, como si las sombras se volvieran más densas 🌑. El tintineo la guiaba, pero también escuchaba risitas ahogadas y el crujir de ramas bajo sus pies 🌿.

De pronto, vio algo moverse entre los árboles. Eran figuras pequeñas, no mayores que su rodilla, con orejas puntiagudas y ojos brillantes ✨. Vestían ropas hechas de hojas y musgo, y sus risas llenaban el aire. Sofía los reconoció al instante: ¡eran los duendes!

  • "¡Eh, niña! ¿Qué haces en nuestro bosque?" dijo uno, con una voz chillona pero autoritaria.

Sofía, tratando de mostrarse valiente, respondió:

  • "Solo quería ver quién hacía ese ruido. No quiero hacerles daño."

Los duendes se miraron entre sí, intercambiando sonrisas cómplices 😏.

  • "¿Daño? ¡Ja! No puedes hacernos daño, pero quizá nosotros sí a ti si no respetas nuestras reglas."

El trato 🌿 

Los duendes rodearon a Sofía y le ofrecieron un trato:

  • "Si quieres salir de aquí sin que te perdamos en el bosque para siempre, debes superar una prueba."

Le entregaron una diminuta flauta hecha de madera 🎶 y le pidieron que tocara una melodía que pudiera calmar al bosque. Sofía, que había aprendido a tocar la flauta en la escuela, tomó el instrumento y comenzó a soplar. Al principio, el sonido era débil, pero pronto una melodía suave llenó el aire, como un susurro entre las hojas.

Los duendes bailaron al compás, riendo y cantando 🎵.

  • "¡Lo has hecho bien, niña humana! Pero una prueba no basta. Ahora debes encontrar algo que hayamos escondido."

El objeto perdido 🌞

Uno de los duendes mostró una moneda dorada, brillante como el sol 🌞, y la lanzó al aire. Al caer, desapareció en la hierba alta.

  • "Si la encuentras antes de que el gallo cante, podrás irte. Si no, te quedarás aquí con nosotros... para siempre."

Sofía sintió un escalofrío, pero no tuvo tiempo de dudar. Comenzó a buscar entre la hierba 🌾, guiándose por el brillo tenue que la moneda dejaba a su paso. A medida que avanzaba, escuchaba risitas burlonas y veía cómo las sombras se movían a su alrededor.

Finalmente, cuando ya casi había perdido la esperanza, vio un destello dorado cerca de una raíz retorcida 🌟. La tomó justo cuando un canto de gallo resonó en la distancia 🐓.

El regreso ✨ 

Los duendes aplaudieron con entusiasmo 👏.

  • "¡Lo has logrado! Eres más lista de lo que pensamos. Pero antes de irte, una advertencia: nunca reveles nuestra existencia, o volveremos a buscarte."

Con un chasquido de dedos, Sofía se encontró de vuelta en la entrada del bosque, con la moneda dorada en la mano 🪙. Corrió de regreso a casa, temblando de emoción y miedo.

Al día siguiente, cuando mostró la moneda a su abuela, Doña Ramona la miró con preocupación 😰.

  • "Te lo advertí, niña. Ahora los duendes saben quién eres, y jamás te dejarán en paz."

Desde entonces, Sofía nunca volvió a entrar al bosque, pero a veces, por las noches, escuchaba risitas y tintineos fuera de su ventana 🎐, como si los duendes quisieran recordarle que, aunque la dejaron ir, nunca la olvidarían.

Espero que hayas disfrutado este relato lleno de magia y misterio. Si quieres que agregue algo más, ¡solo dímelo! 🌲🧚‍♂️✨

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